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Tiempo para el alma
Santo Domingo .- “‘Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego vente conmigo’. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico”. Mt. 19: 21.
La respuesta del Jesús al joven rico que le preguntó qué debía hacer, además de cumplir los mandamientos, para alcanzar la vida eterna, nos pone en apuros a quienes queremos reenfocar nuestra vida y encauzarla por la ruta de la fe. “Vende todo lo que tienes y da el dinero a los pobres”, le dijo Jesús. ¿Qué destaca Mateo en la lectura sobre este joven? Que era rico. Lo que Jesús le propone no solo se refiere a la justicia social, Él plantea un elemento nuevo: el desapego. En el caso del joven “rico”, su lado débil era el apego a los bienes materiales, recordemos que se fue “triste” al escuchar la respuesta de Jesús. En mi caso, en el tuyo, ¿a qué estamos apegados? Jesús nos llama a NO amar sobre todas las cosas aquello que nos hace esclavos, que ancla nuestro crecimiento espiritual, nuestra vocación de servicio, nuestro sentido de justicia, el amor al prójimo y el amor a Dios, eso que nos limita para ganar la vida eterna. Así tendremos nuestro tesoro en el cielo.